domingo, 25 de marzo de 2012

Cambios, cambios y más cambios

Nuestra vida está llena de cambios: cambios de ciclo de estudios, cambio de bachillerato a universidad, cambio de universidad al trabajo, cambio de infancia a adolescencia, cambio de adolescencia a madurez... Son muchos los cambios, pero hoy solo nos vamos a centrar en uno, en uno ocurrido hoy: el cambio de hora.

Somos muchos los que odiamos este cambio de hora (me incluyo) porque nos hace sentirnos un poco mal, y tenemos la creencia de que nos han quitado una hora de nuestra vida. De todo esto nos habla "Muy Interesante" en uno de sus artículos:

Este fin de semana nuestros relojes se adelantarán una hora para adaptarnos al horario de verano, una costumbre que en España se realiza desde 1918, con algunas excepciones. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), nuestro organismo tiene más dificultades para adaptarse cuando siente que “ha perdido” una hora que cuando la gana. Por esta razón, este cambio de hora entraña más dificultades de adaptación que el que se produce en otoño-invierno.

En los días posteriores a los cambios de horario es común que aparezcan ciertos trastornos motivados del desajuste entre nuestro reloj biológico y la hora real. “La sensación es semejante a lo que nos ocurre cuando viajamos a través de distintos husos horarios, al jet-lag, con la diferencia de que, en este caso, al tratarse sólo de una hora de diferencia, los trastornos son de menor intensidad. Al igual que en los viajes, nos es más fácil adaptarnos en aquellos países donde al viajar ganamos tiempo”, afirma Carlos Tejero Juste, vocal de la SEN.

Las personas jóvenes y sanas pueden experimentar sensación de cansancio, somnolencia, cierta desorientación o aturdimiento, falta de concentración, de energía, dificultad para dormir… Sin embargo, personas mayores o aquellas que padecen algún trastorno neurológico como cefaleas, epilepsia o trastornos de sueño pueden verse más perjudicadas.

Para evitar las secuelas y adaptarnos más rápidos, la SEN recomienda fraccionar la hora de diferencia en la que se ven afectados nuestros horarios de alimentación y sueño, adelantando los días previos nuestras rutinas unos 15 minutos de forma progresiva. También es conveniente evitar las siestas diurnas para tener más sueño por la noche, así como intentar llevar un horario regular tanto en alimentación como en sueño, al menos durante los primeros días. 

La parte positiva del cambio horario, según el doctor Tejero, una vez transcurridos los 5 días que puede tardar la adaptación, “a la larga, y al armonizar nuestra actividad con los tiempos de luz solar, también se ve mejorado nuestro rendimiento”. 



Es increíble los efectos contra la salud que puede mostrar este "pequeño" cambio. Aunque creo que llego un poco tarde con la entrada, por lo de "evitar las siestas diurnas", ya que, me imagino, que muchos os habréis tumbado un rato en el sofá a disfrutar de la vida, ja, ja, ja.


Webgrafía:
-http://www.muyinteresante.es/icomo-podemos-adaptarnos-al-cambio-de-horario-de-verano

No hay comentarios:

Publicar un comentario